Por Elizabeth Citalán
Del 5 al 8 de diciembre de este año se lleva a cabo Cuórum Morelia, festival independiente de cine de vanguardia, experimentación, género y diversidad sexual, que ha logrado construir una de las propuestas más sólidas a través de una mirada diversa que celebra las identidades y el cine con perspectiva de género, al mismo tiempo que busca ser un lugar de lucha y visibilidad a voces históricamente silenciadas.
Jenniffer Córdova, quien este año asumió un nuevo rol en el festival como codirectora (al lado de Antonio H. Álvarez), platicó con nosotras acerca de la misión de Cuórum, su importancia como espacio de encuentro y diálogo, así como la necesidad de contar historias acerca de las diferentes perspectivas y vivencias que nos atraviesan a partir del género, orientación sexual y expresión de identidades.
Lumínicas (L): Dentro de tu camino profesional fuiste Directora de Comunicación de la MICGénero, (Muestra Internacional de Cine con Perspectiva de Género) en 2018 y 2020, así como jefa del Departamento de Diversidad Sexual de la SEIMUJER (Secretaría de Igualdad Sustantiva y Desarrollo de las Mujeres Michoacanas) en 2018-2019. ¿Cómo construyes tu experiencia en Cuórum a partir de este conocimiento y esta trayectoria?, ¿consideras que influye en tu papel como codirectora del festival?
Jenniffer Córdova (JC): En MICGénero también estuve en este 2021, ahora también como directora de comunicación y responsable de la parte académica. Y creo que sí, ese recorrido que mencionas que es la muestra y la parte de la SEIMUJER como jefa del Departamento de Diversidad Sexual, son un reflejo de quién soy, de mis intereses personales y profesionales, y obviamente que se vuelve parte de este momento en Cuórum, porque sigue siendo ese conjunto de las cosas que me importan, que son los estudios de género, el feminismo y la cultura. Creo que es muy importante poder hacer esa transformación de lo que ocurre, qué nos incomoda, qué no está en el lugar que debería de ser; y son construcciones culturales, entonces es a partir de la cultura que podemos nuevamente modificarla.
Ese trabajo con las poblaciones LGBTI desde la SEIMUJER también me aproximó mucho a las colectivas, colectivos, asociaciones en Morelia y en Michoacán en general para conocer lo que estaba pasando, las necesidades, y también saber que algo como un festival de cine de género y diversidad es un producto cultural necesario, que se inserta en esa parte de la política cultural, de las acciones para transformar las realidades que nos incomodan.
L: Al ser Cuórum un festival con una lucha y agencia abiertamente en contra de la homofobia, la transfobia, el racismo y la misoginia, ¿han recibido algún ataque o han intentado ser silenciadxs de manera violenta en algún momento? Si así fue, ¿cómo lograron sortear esos obstáculos y discursos de odio?
JC: Me parece que no, no hemos sido atacadxs de esa manera violenta, pero algo curioso que nos llegó a pasar este año y en años anteriores es que la plataforma de la convocatoria de inscripción a cortometrajes en competencia nos la han cerrado por denuncia de pornografía y cosas así. Me platicaba Antonio (Álvarez), el codirector de Cuórum, que esto ya se había dado y que venía de este tipo de personas que no estaban de acuerdo con el contenido que promovíamos. Obviamente no tenía que ver nada con pornografía, pero por ahí es por donde han llegado a atacar, aunque directamente no ha pasado.
Nunca ha habido un acto de violencia durante las proyecciones, y como también es una actividad cultural y de género, se mantiene desde otros puntos de vista, no sólo desde diversidad sexual. Y creo que Cuórum logra mediar y ser un espacio de invitación abierta a muchísimas personas, un espacio de reflexión. Se ha enfocado mucho a ser ese espacio de diálogo más que de confrontación.
L: ¿Cómo ha sido el proceso de formación de alianzas con empresas, otras organizaciones o entidades de gobierno? ¿Consideras que es el mismo para festivales con temáticas más generales?
JC: No, no creo que sean exactamente iguales. Tal vez sí en el proceso de búsqueda, pero no los espacios y tampoco el tipo de recepción. Creo que siempre estamos más con el foco en convocatorias o asociaciones y espacios de gobierno que sean receptivas y receptivos a estos temas. Y justamente cuidamos también mucho eso, que no sea un espacio que tenga algún tipo de denuncia, porque sería un poco incongruente que vayamos con x empresa que haya sido denunciada por no atender violaciones de derechos humanos o temas así. Eso nos reduce los espacios de búsqueda, pero cuando llegamos a estos targets ya hay una proximidad mucho más sencilla y clara, porque son más afines a buscar también esparcir este mensaje.
[…] Ser congruentes tiene un costo alto, porque implica también el no acceder a otros apoyos, o no ir a buscar apoyos en ciertos espacios por esa congruencia y esa ética. Creo que si algo tiene Cuórum es un statement muy claro en cuestión de sus valores y en lo que está enfocado, y lo que busca es eso, ser un espacio seguro de reflexión para las poblaciones y el público en general a través del cine. Por eso hemos cuidado mucho esa parte desde la programación, porque tenemos mucha responsabilidad en cuestión de que lo que se está programando abone al discurso y al diálogo, y que no sea simplemente por traer una película tal vez un poco más taquillera, como llega a pasar en otros festivales.

L: Podemos encontrar una diferencia bastante marcada entre Cuórom y los demás festivales conocidos o reconocidos en el medio cinematográfico, desde las temáticas abordadas, el espacio y el público a quien está dirigido el festival, las actividades y su propósito, ¿qué sigue para Cuórum no sólo como festival, sino como organización?
JC: Es una pregunta complicada, por el hecho de ver también a futuro cuando estás tan inmersx en el presente. Creo que para Antonio, que es cofundador, además ha sido un proyecto de vida: el poner todo el esfuerzo de mantener a Cuórum a flote, que no es una tarea sencilla. Yo me siento sumamente honrada con su invitación a dirigir este año junto a él este festival que ya admiraba desde antes como espectadora y como colaboradora desde otras áreas. Creo que lo que nos gustaría es poder permanecer durante todo el año, no sólo por temporadas de festival, sino ser un espacio de encuentro seguro, de reflexión, de diálogo permanente, que ya se ha hecho en otros años con el programa continuo, pero por periodos a final de cuentas. Y también tenemos un ala desde lo académico, no solamente desde lo cultural como sería la proyección per se, sino con invitaciones a especialistas.
L: Este año todos los cortometrajes seleccionados en competencia fueron dirigidos por mujeres, ¿qué sentires, posicionamientos o statements identificaste con más frecuencia al momento de revisar los cortos recibidos? ¿Qué temática o temáticas fueron las más abordadas por las realizadoras?
JC: Sí, recibimos mucho más de 100 cortometrajes en competencia. Lo que creo que está muy focalizado son los estados que mandan (cortos), porque se nota cuáles son los estados que están más enfocados en realizar cine. Por ejemplo, quedó uno de Nuevo León, lo cual no es tan común, ya que realmente recibimos muy pocos del norte del país; Jalisco en general fue un estado que estuvo muy presente en la convocatoria, y fue difícil para nosotrxs que tuvimos que ver absolutamente todo y discernir qué pasaba y qué no con el Comité de Selección, y nos costó más porque queríamos dejar muchísimas cosas adentro y obviamente no se puede. Y con temas crudos; vimos cosas que reflejaban la violencia de género que se intensificó durante la pandemia.
Vimos también mucha temática trans. De hecho, la competencia está compuesta casi la mitad, o más bien la mitad por temática trans. Y creo que es también una de las poblaciones que se están haciendo presentes, y que es muy importante que las narrativas que les atraviesan sean contadas desde ellxs y no por otras personas, como históricamente ha sido. […] No somos personas ciegas a las realidades, sobre todo con tanta violencia que viven las mujeres trans y que se refleja en Sigues aquí (Andrea Hornedo), uno de los cortometrajes en competencia, que da muestra de esa violencia con el caso de un transfeminicidio; entonces Cuórum también tiene que ser este espacio de lucha, este grito por las personas que nos han sido arrebatadas.
También vimos muchísima cuestión de género; temas como el aborto, que creo que es una temática que ha estado presente no sólo en México, sino en Latinoamérica. De igual forma temáticas sobre abuso sexual, abuso sexual infantil, y eso nos da un índice de las realidades que viven las personas que se identifican como mujeres y las poblaciones LGBTI y disidencias, que les atraviesan muchas cuestiones sobre violencia.
Pero también hubo muchas cuestiones de celebración de estas identidades y de reapropiación, como se puede ver en nuestra sección de Mirador, que está muy poblada de esas vivencias ya en el sentido más festivo. Creo que en algún tiempo el cine de género y LGBT estuvo muy plagado de narrativas dolosas, de esos fines trágicos, pero ya no es eso. Creo que debemos hacer una fiesta de lo que somos, de nuestros logros también como personas LGBT y que eso pueda compartirse a través de estas propuestas fílmicas.
L: ¿Qué tipo de historias te gustaría ver en próximas ediciones abordadas por estas mujeres cineastas que están comenzando o que ya llevan varios años en el medio?
JC: Las que quieran contar. Creo que no estamos limitadxs a una mirada, aunque se ha posicionado mucho tiempo así porque no existía este cine de mujeres o cine femenino. Creo que no está cerrado a eso, sino que podemos hablar de todo lo que nos atraviesa. Sin duda nos atraviesan cuestiones específicas por cada identidad, orientación, expresión que tengamos, pero no somos sólo eso. Justo lo que enriquece estas historias es esa interseccionalidad; estas historias honestas, estas historias que acerquen a las personas a esas vivencias, a esas reflexiones. Creo que tampoco se trata de hacer cine por hacer cine, sino que hay un statement y una subjetividad vaciada en todo lo que hacemos. Entonces que esto sea para aportar a las causas que queramos, porque hay muchísimas. Y creo que abogaría por más cine con esa perspectiva, con esa claridad, con esa esa fuerza política en la que nos queramos posicionar para abonar al mundo, para ganar más derechos y más espacios. Eso es lo que espero, que hagan el cine que quieran hacer y que se sientan libres.
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Elizabeth Citalán. Estudié comunicación porque disfruto mucho el cine en todas sus formas. Crecí con la cultura pop y ahora escribo sobre ella y las mujeres que la reapropian.